Desde hace mucho tiempo se ha buscado solucionar de diferentes maneras este problema, el cual afecta a Venezuela como a Latinoamérica. Para los años 77 la solución que se planteaba era construir grandes edificaciones, para trasladar a la población de los barrios a los edificios y convertir los barrios en áreas verdes. Pero este planteamiento no resultó.
Villanueva se intereso y estudio afondo el tema de los barrios y llego a la conclusión de que este problema va a permanecer toda la vida, y la mejor respuesta que se le puede dar es trabajar en la forma estructural y en resolver los servicios básicos.
La mejor repuesta a este problema a nivel mundial, es la construcción de unos súper bloques, pero este planteamiento no soluciona todos nuestros problemas ya que no cumple con la necesidad, la seguridad y el mantenimiento.
Para el arquitecto Daniel Fernández los edificios del 23 de Enero era una buena respuesta para este problema, pero no se continúo con esta obra.
Para los años 95, época de Caldera no fue muy prospera por los problemas petroleros que existían en ese momento, aunque se implanto un numero de vivienda importante.
Para los años 99, época de Chávez y actualmente no hay un plan por parte de la administración, de cambio de ranchos por vivienda, aunque al principio se creo un programa de vivienda el cual no resulto, consistía en trasladar a la gente de la calle al interior del país.
El problema de marginalidad no es un tema de fácil solución, y mucho menos cuando nadie le presta atención, si todos colocáramos un granito de arena a lo mejor no existiera este problema que nos afecta y nos mata cada día más.
El arquitecto Daniel Fernández plantea en su tesis tres premisas:
Fuerza en los barrios por parte de los habitantes.
En la construcción tiene que existir un sistema que regule todo los factores que debe tener los barrios.
Debe de existir una relación arquitecto-habitante.
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